XXV

Los insectos exhiben una falta de respeto notable y un envidiable sentido del humor cuando al apoderarse de objetos que cumplen una supuesta función superior, ya sean plasmados en palabras o imágenes, desde recorrer las páginas de un libro abierto o una pantalla hasta posarse en un cuadro o en el objetivo de la cámara, convierten en intrascendentes y mundanas las cosas trascendentales, cargadas de significado para el orden humano. La ligereza que insuflan en el mundo, propia de seres livianos, recupera la horizontalidad de la vida y valora las cosas en su justa medida, según la falta de jerarquía universal. En todo insecto, y son innumerables, se esconde un ácrata en potencia.